jueves, 24 de abril de 2014

Minerva Santana, actualmente maestra de vocación y profesión en el C.E.I.P. Ofra Vistabella, me ha concedido el honor de compartir con todos ustedes su artículo en la prensa local tras su paso por la escuela unitaria de Almáciga. Allí pasó 8 años de su vida, los cuales recuerda con gran felicidad y nostalgia.
Aquí les dejo su artículo titulado 248 curvas, es muy emotivo, espero que lo disfruten...




"248 curvas…Esas son las que tenía que recorrer todos los días de ida y otras tantas de vuelta para ir a trabajar. Pero no sólo a trabajar, iba a vivir una aventura diaria con mis alumnos, mis niños, mi familia…
Ocho años y pico han pasado desde la primera vez que vine a ver dónde me había tocado mi siguiente destino como profe. Y cuando llegué a esa plaza y vi el edificio que decía llamarse escuela casi me dio algo…¡qué pequeño era! “¿Y cómo voy a hacer yo esto?” Era la pregunta que me hacía una y otra vez desde que salí de Almáciga hasta que llegué a mi casa. Así que el día 1 de septiembre de 2004 me levanté a las 7:00 de la mañana, desayuné, me monté en mi Ford fiesta color verde, metí en el maletero las ilusiones, ganas de trabajar y un poquito de miedo a lo desconocido y a trabajar que me fui. Llegué al colegio y para mi sorpresa estaba cerrado “¿Dónde está todo el mundo? ¿Y el director?¿Y los demás profesores?” Estuve deambulando no sé cuánto tiempo hasta que me enteré por una vecina que YO era la única maestra y por tanto la directora y por tanto la que debía tener las llaves. Pero ¡no tenía las llaves! ¿Y qué iba a hacer yo? Así que al final me senté en el aula de abajo, que no sé quién me abrió la puerta y esperé un buen rato a que apareciera alguien pero nada, no apareció ni la bruma mañanera. Esperé hasta no sé qué hora y me fui. Ya por el camino de vuelta me sonó el móvil, tenía un mensaje de Paco “Minerva, soy Paco. Mañana te esperamos en el CER de Anaga para la reunión” Cuando colgué no tenía ni idea de quién era Paco, ni el CER de Anaga, ni nada, pero al día siguiente llegué a la reunión. Allí nos presentamos y para mi sorpresa había caído en un colectivo de escuelas rurales. Literalmente me entró un ataque de pánico cuando llegué a casa y me dí cuenta en dónde había caído. ¡¡¡Se me venía el mundo encima!!!
Y así empezó mi andadura como maestra de Almáciga, del C.E.I.P. Dolores Álvarez. Donde he vivido todo lo habido y por haber como maestra, donde he aprendido de mis alumnos tanto como ellos han podido aprender de mí, donde he tenido mis errores pero también mis aciertos, donde he aprendido lo que es el verdadero compañerismo, donde el trabajo se convierte en vida y la vida en trabajo, donde perfectos extraños se han convertido en familia y donde la familia es la que verdaderamente da impulso a los sueños, a las ilusiones, al trabajo, al esfuerzo….
Luis, Daida, Belinda, Sergio Rojas, Sergio Martín, Aitor, Yeray, Giovanni, Sonia, Alejandro, Luz, Tanit, Yurena, Athenea, Samuel, Gabriela, Iván, Nuria, Paula, Sofía y Celia. Estos han sido mis alumnos, unos pasaron al instituto, otros cambiaron de colegio y otros siguen conmigo hasta el día de hoy. Son pocos comparados con los alumnos de otros colegios, pero tengo el privilegio de decir que de todos y cada uno tengo un recuerdo especial, y que todos y cada uno son parte de mi vida, no sólo como maestra sino como Minerva.
Paco, Fátima, María Jesús, Conchi, María, José Antonio, Lita, Yésica, Nayra, Adela, Isabel, Rosi, Elsa, Amor, María José, Marisabel, Rocío, Cándido, Verónica, Fernando, Charo, Rosabel, Miguel, Timan, Marta, Jessica….y tantos otros compañeros que me han ayudado, me han apoyado, me han dicho lo que me tenían que decir, me han abrazado y me han dado su cariño, comprensión, respeto….. a todos ellos MIL GRACIAS.
Yolanda, Lore, Dominga, Pino, Vanessa, Matilde, Rosario, Macu, Ana Ruth, Mercedes, Estela, Chichí, Quica, Tomasa, Meña, Clesencia, Mari, Eloína, Domingo, Antonio, Norberto, Mingo….todos ellos mamás y papás de alumnos y vecinos del pueblo... GRACIAS por confiar en mí, por hacerme partícipe del día a día en sus vidas, por regalarme esos vinitos, bubangos, calabazas, papas, batatas….por “alimentarme” como maestra y como persona.
A las mamás de Taganana, las de Roque Negro, Carboneras, Chamorga, Igueste…por dejarme dar a conocer, por regalarme una sonrisa en los encuentros, por los rosquetes, los quesos, la carne cabra, el conejo frito, las potas, las garbanzas…(parece que sólo pienso en comida ¡jajaja!) Simplemente GRACIAS DE TODO CORAZÓN.
A los conductores de las guaguas de Titsa, a las cuadrillas de conservación de carreteras, a los barrenderos, jardineros, los del camión de la basura…. A todos los que me saludan por esa carretera con una sonrisa, una reverencia, un “¡adiós profeeeee!” y me arrancaban una sonrisa y hacían que mi respeto y admiración por ellos fuera cada vez mayor y profundo… Por estar siempre al pie del cañón…. GRACIAS.
Seguro que se me queda en el tintero muchísima gente, pero eso no significa que no los tenga en cuenta. Todos han sido partícipes de esta maravillosa aventura que llega a su fin. Ahora me toca abrir nuevos libros de aventuras en los que escribir mi historia. Sólo puedo asegurarles una cosa: el libro de “Maestra de Almáciga” siempre tendrá un lugar especial en mi biblioteca".
Hasta Siempre.
Minerva Santana Peña,

Directora del C.E.I.P. Dolores Álvarez, Almáciga.

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