Minerva Santana, actualmente maestra de vocación y profesión en el C.E.I.P. Ofra Vistabella, me ha concedido el honor de compartir con todos ustedes su artículo en la prensa local tras su paso por la escuela unitaria de Almáciga. Allí pasó 8 años de su vida, los cuales recuerda con gran felicidad y nostalgia.
Aquí les dejo su artículo titulado
248 curvas, es muy emotivo, espero que lo disfruten...
"248
curvas…Esas son las que tenía que recorrer todos los días de ida y otras tantas
de vuelta para ir a trabajar. Pero no sólo a trabajar, iba a vivir una aventura
diaria con mis alumnos, mis niños, mi familia…
Ocho
años y pico han pasado desde la primera vez que vine a ver dónde me había
tocado mi siguiente destino como profe. Y cuando llegué a esa plaza y vi el
edificio que decía llamarse escuela casi me dio algo…¡qué pequeño era! “¿Y cómo
voy a hacer yo esto?” Era la pregunta que me hacía una y otra vez desde que
salí de Almáciga hasta que llegué a mi casa. Así que el día 1 de septiembre de
2004 me levanté a las 7:00 de la mañana, desayuné, me monté en mi Ford fiesta
color verde, metí en el maletero las ilusiones, ganas de trabajar y un poquito
de miedo a lo desconocido y a trabajar que me fui. Llegué al colegio y para mi
sorpresa estaba cerrado “¿Dónde está todo el mundo? ¿Y el director?¿Y los demás
profesores?” Estuve deambulando no sé cuánto tiempo hasta que me enteré por una
vecina que YO era la única maestra y por tanto la directora y por tanto la que
debía tener las llaves. Pero ¡no tenía las llaves! ¿Y qué iba a hacer yo? Así
que al final me senté en el aula de abajo, que no sé quién me abrió la puerta y
esperé un buen rato a que apareciera alguien pero nada, no apareció ni la bruma
mañanera. Esperé hasta no sé qué hora y me fui. Ya por el camino de vuelta me
sonó el móvil, tenía un mensaje de Paco “Minerva, soy Paco. Mañana te esperamos
en el CER de Anaga para la reunión” Cuando colgué no tenía ni idea de quién era
Paco, ni el CER de Anaga, ni nada, pero al día siguiente llegué a la reunión.
Allí nos presentamos y para mi sorpresa había caído en un colectivo de escuelas
rurales. Literalmente me entró un ataque de pánico cuando llegué a casa y me dí
cuenta en dónde había caído. ¡¡¡Se me venía el mundo encima!!!
Y
así empezó mi andadura como maestra de Almáciga, del C.E.I.P. Dolores Álvarez.
Donde he vivido todo lo habido y por haber como maestra, donde he aprendido de
mis alumnos tanto como ellos han podido aprender de mí, donde he tenido mis
errores pero también mis aciertos, donde he aprendido lo que es el verdadero
compañerismo, donde el trabajo se convierte en vida y la vida en trabajo, donde
perfectos extraños se han convertido en familia y donde la familia es la que
verdaderamente da impulso a los sueños, a las ilusiones, al trabajo, al
esfuerzo….
Luis,
Daida, Belinda, Sergio Rojas, Sergio Martín, Aitor, Yeray, Giovanni, Sonia,
Alejandro, Luz, Tanit, Yurena, Athenea, Samuel, Gabriela, Iván, Nuria, Paula,
Sofía y Celia. Estos han sido mis alumnos, unos pasaron al instituto, otros
cambiaron de colegio y otros siguen conmigo hasta el día de hoy. Son pocos
comparados con los alumnos de otros colegios, pero tengo el privilegio de decir
que de todos y cada uno tengo un recuerdo especial, y que todos y cada uno son
parte de mi vida, no sólo como maestra sino como Minerva.
Paco,
Fátima, María Jesús, Conchi, María, José Antonio, Lita, Yésica, Nayra, Adela,
Isabel, Rosi, Elsa, Amor, María José, Marisabel, Rocío, Cándido, Verónica,
Fernando, Charo, Rosabel, Miguel, Timan, Marta, Jessica….y tantos otros
compañeros que me han ayudado, me han apoyado, me han dicho lo que me tenían
que decir, me han abrazado y me han dado su cariño, comprensión, respeto….. a
todos ellos MIL GRACIAS.
Yolanda,
Lore, Dominga, Pino, Vanessa, Matilde, Rosario, Macu, Ana Ruth, Mercedes, Estela,
Chichí, Quica, Tomasa, Meña, Clesencia, Mari, Eloína, Domingo, Antonio,
Norberto, Mingo….todos ellos mamás y papás de alumnos y vecinos del pueblo...
GRACIAS por confiar en mí, por hacerme partícipe del día a día en sus vidas,
por regalarme esos vinitos, bubangos, calabazas, papas, batatas….por “alimentarme”
como maestra y como persona.
A
las mamás de Taganana, las de Roque Negro, Carboneras, Chamorga, Igueste…por
dejarme dar a conocer, por regalarme una sonrisa en los encuentros, por los
rosquetes, los quesos, la carne cabra, el conejo frito, las potas, las
garbanzas…(parece que sólo pienso en comida ¡jajaja!) Simplemente GRACIAS DE
TODO CORAZÓN.
A
los conductores de las guaguas de Titsa, a las cuadrillas de conservación de
carreteras, a los barrenderos, jardineros, los del camión de la basura…. A
todos los que me saludan por esa carretera con una sonrisa, una reverencia, un
“¡adiós profeeeee!” y me arrancaban una sonrisa y hacían que mi respeto y
admiración por ellos fuera cada vez mayor y profundo… Por estar siempre al pie
del cañón…. GRACIAS.
Seguro
que se me queda en el tintero muchísima gente, pero eso no significa que no los
tenga en cuenta. Todos han sido partícipes de esta maravillosa aventura que
llega a su fin. Ahora me toca abrir nuevos libros de aventuras en los que
escribir mi historia. Sólo puedo asegurarles una cosa: el libro de “Maestra de
Almáciga” siempre tendrá un lugar especial en mi biblioteca".
Hasta
Siempre.
Minerva
Santana Peña,
Directora
del C.E.I.P. Dolores Álvarez, Almáciga.