La educación es una profesión necesaria para la sociedad y enriquecedora para el que la ejerce.
Sin duda, para llevar a cabo la importante tarea de preparar a los pequeños del hoy para el futuro de mañana, el personal docente ha de ser competente y sobre todo VOCACIONAL.
Vivimos en una sociedad en la que los conocimientos son útiles y necesarios, pero quizás lo sean aún más los valores. Difícilmente, podrá inculcar valores una persona que ejerce su profesión de maestro con total indiferencia, sin ningún tipo de sentimiento ni vocación, pues esta última es la que hace disfrutar al profesional de su trabajo, haciendo que sus alumnos aprendan, se lo pasen bien y tengan su figura como punto de referencia.
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